lunes, 1 de agosto de 2011

Sistemas de Producción Limpia

Sistemas de Producción Limpia.
Las nuevas propuestas de Producción Limpia, son porque se reconoce de una u otra manera, que la mayor parte de nuestros problemas ambientales, como el calentamiento global, la contaminación tóxica del agua, suelos, radioactividad, contaminación lumínica, sonora y visual; la pérdida de biodiversidad, es causa de la manera y el ritmo con que producimos y consumimos recursos.
El objetivo de la aplicación de Sistemas de Producción Limpia es satisfacer las necesidades de la sociedad a través del uso racional y eficiente de la energía, de otros recursos y sobre todo, la utilización de materiales renovables y libres de peligros, que no afecten la biodiversidad.
La Producción Limpia entonces cuestiona, la necesidad misma de un producto y examina la mejor manera de satisfacerla o reducirla, promoviendo también, el uso de la cantidad mínima de materiales, agua y energía (racionalidad), así como reconocer la necesidad de la participación de la gente, comprometiéndola y permitiéndole participar en la toma de decisiones políticas y económicas.
Hay cuatro elementos reconocidos de producción limpia que son:
1. Un enfoque de cautela o prudencia - Precautorio
La evidencia necesaria para demostrar que una sustancia o actividad no causará daños al ambiente, debe recaer sobre el potencial contaminador de la misma y no sobre la experiencia sufrida por las comunidades.
Este planteamiento rechaza la evaluación de riesgos como argumento en la toma de decisiones y reconoce las limitaciones del conocimiento científico para determinar si el uso de ciertos químicos o determinada actividad industrial deben o no continuar.
No ignora la ciencia, pero considera que el sector político debe involucrase tanto como el científico, pues la producción industrial tiene impactos sociales.
El Principio Precautorio, contemplado en la ley internacional y en las leyes de muchos países, establece que, quienes toman las decisiones no deben esperar una evidencia irrefutable en materia de daño ambiental para comenzar a actuar. Por el contrario, deben excederse en la cautela para el beneficio del ambiente y de las comunidades.
2. Un enfoque protector o tutelar - Preventivo
Es más barato y efectivo prevenir el daño ambiental que intentar controlarlo o revertirlo. La prevención de la contaminación sustituye al control de la contaminación, e implica cambios en los procesos y productos para evitar la producción de desechos.
Este enfoque requiere de prácticas de eficiencia energética para reemplazar el excesivo énfasis puesto actualmente en el desarrollo de nuevas fuentes de energía, a partir de combustibles fósiles.
3. Control Democrático
La Producción Limpia involucra a todos los actores afectados por las actividades industriales: trabajadores, consumidores y comunidades.
Los ciudadanos de un país deben tener información sobre las emisiones industriales y acceso libre a los registros de contaminación, planes de reducción en el uso de tóxicos, así como a los datos sobre la composición de los productos.
El derecho a saber, el acceso a la información y la participación en la toma de decisiones, aseguran un control democrático.
4. Enfoque Integrado y holístico
Los peligros ambientales pueden ser minimizados al tomar en consideración el ciclo de vida completo del producto. La sociedad debe adoptar un enfoque integrado para el uso y el consumo de los recursos naturales.
La herramienta utilizada para ayudar al mantenimiento de este planteamiento holístico, es el Análisis del Ciclo de Vida. Es esencial contar con un enfoque integrado para asegurar efectivamente que, al reducir progresivamente los materiales peligrosos como el PVC, éstos no serán reemplazados por materiales que planteen nuevas amenazas ambientales.
EL DESARROLLO DE LA PRODUCCION LIMPIA
Tradicionalmente el manejo ambiental desarrollado por los gobiernos se ha basado en el establecimiento de límites para las descargas de desechos contaminantes a los cursos de aguas, al aire y a la tierra.
Ante medidas como estas, las industrias han instalado equipos de final de tuberías, como filtros o plantas de tratamiento de efluentes que, sin embrago, son medidas erradas pues suponen que el ambiente puede tolerar cierta cantidad de contaminación.
En segundo lugar, la regulación ambiental generalmente está en manos de autoridades distintas y ello genera un enfoque fragmentado del problema que, a su vez, produce el intercambio desequilibrado de sustancias tóxicas entre el aire, agua y suelo.
Algunos gobiernos, como el de Reino Unido, Unión Europea y Suecia, por ejemplo, reconocieron las limitaciones de este planteamiento e implementaron un plan de Control de Contaminación Integrado.
No obstante, estas políticas también fallan al no reconocer que la mayor parte de la contaminación NO puede ser controlada.
Se debe poner el énfasis, por lo tanto, en la prevención de la contaminación y en el logro del objetivo de descargar cero sustancias tóxicas al ambiente.
Esta que parece ser una meta inalcanzable, surge de los tratados internacionales y regionales como la Convención Ospar, en que se acordó reducir progresivamente las descargas de sustancias tóxicas en el ambiente, durante un plazo definido.
La estrategia más exitosa para eliminar las sustancias tóxicas de los procesos de producción, ha sido la prohibición y reducción del uso de determinadas sustancias, a nivel nacional y regional.
Desafortunadamente, estas medidas restrictivas no han sido globales y por tanto, la contaminación derivada de las emisiones pasadas más aquella originada de la producción actual, continúa circulando en el ambiente.
ESTRATEGIAS GUBERNAMENTALES PARA LA PRODUCCION LIMPIA
Los gobiernos tienen un papel clave en desarrollo de la producción limpia y de productos más limpios.
En vez de centrarse en políticas y leyes para el manejo de desechos, los gobiernos deben desarrollar políticas de uso de recursos que favorezcan a los productos más duraderos, las energías renovables y los materiales naturales.
Las medidas regulatorias deben incluir prohibiciones y reducciones progresivas de la producción y el uso de materiales peligrosos. Algunas iniciativas legislativas adicionales que los gobiernos deben establecer son:
·      Extensión de la Responsabilidad del Productor (EPR)[1]
·      Reforma Impositiva Ecológica (ETR)[2]
·      Acceso Público a la Información[3]
Además de ellos, los gobiernos deben prestar asesoramiento técnico, educación y para asegurar la salud y seguridad de trabajadores y consumidores.
Si bien las medidas políticas y mercantiles pueden provocar un cambio industrial en cualquier país o región, esto no es suficiente para asegurar un cambio global. La globalización del comercio demanda una coordinación internacional a un nivel intergubernamental. Las tecnologías y productos prohibidos, eliminados o estigmatizados en un país, no deberían ser transferidos a otro. Por ello, los programas de ayuda bilateral y multilateral así como las inversiones extranjeras, debieran reorientar sus prácticas en la transferencia de tecnologías más limpias.
DOS PASOS HACIA LA PRODUCCION LIMPIA
Cambios en el proceso de producción
Los primeros pasos hacia la Producción Limpia son los cambios en el proceso de producción. Esto incluye mejoras en el manejo doméstico de las plantas (previniendo fugas y derrames), la reducción del uso de tóxicos e introducción de sistemas de reciclaje dentro de la empresa para reutilizar el agua de desecho o el calor que, de otra manera, se perdería.
Estas medidas iniciales pueden ser llevadas a cabo con un bajo costo de inversión y considerable generación de ahorros. Algunos casos en que estos esquemas se encuentran legislados, como en el estado de Massachussets, en Estados Unidos, han demostrado un progreso mayor al reducir tanto la contaminación como los costos industriales.
LEGISLACION PARA LA REDUCCION EN EL USO DE TOXICOS: MASSACHUSETTS
La ley de Reducción del uso de Tóxicos era un proyecto de vanguardia cuando fue aprobado por unanimidad por la legislatura de Massachussets, en 1989. Introdujo una nueva forma de promover la protección ambiental, al centrarse en la prevención de la contaminación como una manera de cumplir con los estándares regulatorios e incluso ser más estrictos que ellos.
El Programa de Reducción del Uso de Tóxicos del Estado de Massachussets establece por ley que las compañías deben:
·      Reducir la generación de desechos tóxicos en un 50% para 1997 (año base,1987);
·      Establecer la reducción del uso de tóxicos para lograr el acatamiento de las normas;
·      Mantener/ promover la competitividad.
Esta ley también establece seis técnicas de reducción del uso de tóxicos:
·      Sustitución de los insumos
·      Reformulación del producto
·      Rediseño o modificación de producto por unidad
·      Modernización en la unidad de producción
·      Mejoras de las operaciones y mantenimiento
·      Reciclaje en circuitos cerrados.
Asimismo, a través de la implementación de la ley de reducción del Uso de Tóxicos deben crearse diversas instituciones de apoyo, entre las que se encuentran:
·      El Instituto de Reducción del Uso de Tóxicos (educación, entrenamiento, transferencia de tecnología, investigación de alternativas, producción más limpia)
·      La Oficina de Asistencia Técnica para la Reducción del Uso de Tóxicos (consultoría gratis y consejos a las empresas).
Las cuotas pagadas por las industrias “objetivo”, van a un fondo que apoya a los distintos organismos o actividades. Centrado principalmente en los grandes usuarios de químicos, este programa ha probado ser altamente efectivo. Una revisión de los primeros seis años de operación (1990-1996), registró los siguientes logros para las compañías participantes:
·      El uso total de sustancias tóxicas bajo un 24%.
·      La generación de desechos tóxicos disminuyó un 34%.
·      El total de las descargas bajó un 73%.
·      Reducción de costos industriales en 91 millones de dólares.
Cambios en el producto
Mientras que diseño técnico de un producto tradicionalmente ha estado dirigido a minimizar los costos de producción, hoy se deben considerar también los costos ambientales, sociales y monetarios al agotarse los recursos y generarse desechos.
Los gobiernos de países industrializados, como en Escandinava, Alemania y Holanda, están desarrollando e instrumentalizando políticas ambientales orientadas a la modificación del producto mismo, examinando no sólo sus impactos ambientales, sino también el consumo de recursos en su ciclo de vida.
Los productos deben ser diseñados de un modo que permita:
·      Reducir el consumo de recursos
·      Prolongar la vida útil del producto
·      El reciclaje
·      El desmantelamiento de sus piezas
·      La disposición final segura
Los sistemas de Producción Limpia de alimentos y productos manufacturados deben ser:
·      No tóxicos
·      Energéticamente eficientes
·      Fabricados a base de materiales renovables
·      Hechos en materiales no renovables previamente extraídos pero capaces de ser reprocesados de una manera energéticamente eficiente y no tóxica.
Los productos deben ser:
·      Durables y reutilizables
·      Fáciles de desmantelar, reparar y reconstruir
·      Embalados de forma mínima y apropiada para su distribución, utilizando materiales reutilizables o reciclados y reciclables.
Sobre todo, los productos de sistemas de Producción Limpia
·      No son contaminantes durante su ciclo de vida
·      Preservan la diversidad en la naturaleza y la cultura
·      Fomentan la capacidad de generaciones futuras de satisfacer sus necesidades.
El ciclo de vida incluye:
·      la etapa de diseño del producto/ tecnología
·      la etapa de selección y producción de la materia prima
·      la etapa de fabricación y ensamblado del producto
·      la etapa de uso del producto por parte del consumidor
·      el manejo social de los materiales al final del ciclo de vida útil del producto.
CRITERIOS DE PRODUCCION LIMPIA
Retire su basura
La primera legislación nacional sobre esquemas de retorno o devolución de un producto desechado, fue la ley alemana de envases de 1991. En 1996 los productores tenían que alcanzar los siguientes índices de recuperación:
·     vidrio 72%;
·     papel/cartón 64%;
·     plástico 64%;
·     latas de acero 72%;
·     cajas de cartón para bebidas 64%;
·     aluminio 72%.
Asimismo, a partir de una propuesta de la Comisión Sueca, la ley de Reciclaje de Vehículos a Motor se puso en vigencia en enero de 1996. El propósito de la ley era asegurar que los fabricantes e importadores de vehículos a motor asumieran una responsabilidad colectiva para reciclar los vehículos que se encontraran al final de su vida útil. La ley mezcla objetivos obligatorios de reducción de desechos, etiquetado ecológico, planes y fondos para destruir vehículos, medidas todas que fomentan la minimización de desechos.


[1] La Extensión de la Responsabilidad del Productor (EPR por su sigla en inglés) es una herramienta política que extiende las responsabilidades de los fabricantes más allá de sus responsabilidades actuales – para con la salud y la seguridad de los trabajadores, la seguridad del consumidor, y los costos de producción – para incluir también la responsabilidad por los costos del ciclo de vida de sus productos y los envases asociados. Lo esencial de la EPR es su mandato para que los productores reciban de vuelta sus productos al finalizar su vida útil, y creen sistemas de ciclo cerrado que prevengan la contaminación y el uso ineficiente de los recursos. Al promover la responsabilidad ´de cuna a cuna´, la EPR pone en vigor una estrategia de diseño que toma en cuenta los primeros impactos ambientales inherentes a la selección, la minería y la extracción de materiales, los impactos en la salud y en el medio ambiente para los trabajadores y las comunidades cercanas durante el proceso de producción mismo, y los impactos últimos durante el uso, reciclaje y disposición de los productos. El fin último de la EPR es fomentar materiales y procesos de producción que sean más limpios y más seguros, así como eliminar los residuos en cada etapa del ciclo de vida del producto.
[2] El medio ambiente es un sistema complejo de mecanismos físicos, biológicos y sociales en el que influyen las decisiones legales, políticas, técnicas, culturales y económicas. En los albores del siglo XXI, el entorno natural es un elemento clave para todas las ciencias, incluidas las ciencias sociales. todos los actos de carácter legal se centran en el concepto de desarrollo sostenible que, de acuerdo con la definición de las Naciones Unidas, basada en el denominado informe Brundtland, es “el desarrollo que satisface las necesidades actuales de las personas sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las suyas” (cMMAd, 1987). Una sociedad es sostenible si existen condiciones económicas, ecológicas, sociales y políticas que permiten su funcionamiento armónico en el tiempo y en el espacio. Un ejemplo es el que da la naturaleza, que integra millones de especies de flora y fauna en un todo coherente. No se puede ser sostenible cuando se destruye la naturaleza, cuando la riqueza de un país se logra a costa de la pobreza de otro o cuando desaparecen culturas o lenguas. La sostenibilidad debe ser global, regional, local e individual y en los campos ecológico, económico, social y político. Desde diversas ciencias se han propuesto herramientas para conseguir (o tratar de conseguir) un entorno natural sostenible. La ciencia económica usa el concepto de externalidades. Junto a los permisos de emisión negociables, la ayuda financiera y los depósitos reembolsables, se destacan los impuestos ecológicos, de amplia tradición en diversos sistemas tributarios y que, en la Unión Europea (UE), se están convirtiendo en un eje fundamental del desarrollo económico. Ello implica que en diferentes ámbitos se empieza a discutir la necesidad de una reforma profunda del sistema fiscal para que, lejos de introducir unas ecotasas determinadas, se considere como un todo frente al medio ambiente; o, usando un eufemismo, para que el sistema fiscal se “tiña de verde”
[3] Dentro de los roles y responsabilidades de todos en la organización es permitir y facilitar que los funcionarios, contratistas y visitantes cuenten con la información relevante respecto a la seguridad industrial y las normas aplicables tanto en la organización como en algunos sitios específicos, como la planta de producción o laboratorios. En este asunto quiero hacer énfasis, pues me encuentro con situaciones incómodas y en algunos casos hasta absurdas en las que oigo el simple argumento de “no sabía que…”.
Cuando alguien no sabe algo evidencia una falta de acceso a esa información que no en pocas ocasiones resulta vital. Y con vital, me refiero a necesario para la vida. Esperar que un visitante conozca los sitios a los que debe o no acceder, el equipo de protección que debe usar o la manera de usarlo, sin que reciba la información, es evidentemente absurdo. Tan absurdo como pretender que un nuevo funcionario conozca las normas que no se le han comunicado o que un operador de la planta trabaje con casco si no sabe dónde encontrarlo.
La seguridad basada en el comportamiento ha demostrado resultados extraordinarios en muchas organizaciones muy diversas y en todas partes del mundo. Y está fundamentada en la información. En el reconocimiento de los peligros y los riesgos, en la adecuada reacción ante ellos y en llamar la atención de los demás. Recuerdo una ocasión en que un director de seguridad observaba unas fotografías tomadas en su planta y disgustado reclamaba: por qué el señor de la foto no tiene arnés de seguridad si está sobre el andamio? o qué hace ese señor en el laboratorio sin anteojos de protección? Quién tomó la foto no les advirtió de los riesgos que corren?
La respuesta que recibió, por supuesto, fue: ni ellos saben o son conscientes de la necesidad de hacerlo, ni el fotógrafo tiene el ojo entrenado para detectar esas fallas y llamarles la atención. Nuestro trabajo en seguridad industrial tiene un componente muy importante de información y enseñanza diaria. Esto implica proporcionar no solamente el libro o texto para que la gente aprenda, sino otras facilidades y posibilidades de acceder al conocimiento como cursos, prácticas y, muy importante, acceso a quienes ya conocen y tienen experiencia. Compartir esa información de primera mano es clave en el proceso de adquirir cultura. Además reduce las fallas.
Facilitemos el acceso a los conocedores y a los expertos. Empresas de clase mundial y de excelentes resultados han comprobado que es una buena práctica. Negar ese acceso a la información y por lo tanto al conocimiento no tiene sentido. Además colaboraremos para evitar que nos digan “no sabía que…”